Durante milenios, médicos y guías espirituales han recurrido a plantas psicodélicas naturales como catalizadores de la curación psicológica, emocional y espiritual. Dos de las plantas psicodélicas más potentes que se conocen son la ayahuasca y la iboga. La ayahuasca es una infusión originaria de Sudamérica y es una combinación de dos (o más) plantas. La iboga es un arbusto que se encuentra en Gabón, África, y la ibogaína es su componente activo. En las últimas décadas, ha aumentado el interés y la investigación sobre los beneficios potenciales de la ayahuasca frente a la iboga.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre la ayahuasca y la iboga? Ambas sustancias psicodélicas presentan potentes propiedades psicoactivas, y ambas pueden utilizarse para una amplia gama de fines.
Sin embargo, existen algunas diferencias sutiles y no tan sutiles entre las dos plantas medicinales. La ayahuasca es un potente purgante que actúa a nivel físico y emocional. La ayahuasca es especialmente útil para revelar traumas reprimidos, evocar emociones fuertes y llevar a las personas a revelaciones personales que cambian la vida. Por otro lado, la iboga es muy eficaz para tratar el abuso de sustancias y otros comportamientos adictivos.
Es comprensible que exista cierta confusión entre los beneficios potenciales de la ayahuasca y los de la iboga. Por esa razón, es esencial examinar los datos empíricos y científicos relativos a cada planta medicinal. El siguiente artículo analiza las experiencias únicas y los beneficios asociados a la ayahuasca frente a la iboga para ayudarte a decidir cuál es la mejor para tu viaje.
La información aquí proporcionada tiene únicamente fines educativos. Este artículo no pretende sustituir el consejo médico profesional, el diagnóstico adecuado o el tratamiento. Busque siempre la ayuda de un profesional de la salud cualificado ante cualquier duda que pueda tener sobre el uso de la ayahuasca, la iboga o la ibogaína.
Todo sobre la ayahuasca
La ayahuasca es una infusión tradicional amazónica con propiedades psicoactivas producida a partir de la corteza de la vid Banisteriopsis caapi (también llamada “ayahuasca”) y una planta que contiene DMT, normalmente hojas del arbusto Psychotria viridis (“chacruna”).
La vid Banisteriopsis caapi contiene una variedad de alcaloides que actúan como inhibidores de la monoaminooxidasa o IMAO. La Psychotria viridis contiene dimetiltriptamina (DMT), que tiene un fuerte efecto psicoactivo.
Aunque los occidentales a menudo se centran en el poder del componente DMT, la ayahuasca tradicional es mucho más sobre la vid B. caapi, y algunas infusiones se hacen sin la inclusión de P. viridis en absoluto.
Los curanderos indígenas sudamericanos han utilizado la ayahuasca para el bienestar físico, los rituales religiosos, la comunicación con los espíritus y la curación durante siglos, si no milenios. Más recientemente, la ayahuasca se utiliza cada vez más en Norteamérica y Europa, normalmente para prácticas espirituales y curativas sincréticas.
La experiencia con ayahuasca
La experiencia media con ayahuasca dura entre cuatro y seis horas, aunque puede durar hasta doce. La experiencia varía mucho de una persona a otra, pero los individuos que toman ayahuasca suelen relatar un viaje intenso que invoca revelaciones espirituales o místicas sobre la naturaleza del universo, el propósito de la propia vida y la percepción de la evolución hacia la mejor versión de uno mismo. Además, algunas personas afirman que la ayahuasca proporciona acceso a diferentes planos de la existencia. Asimismo, algunos usuarios afirman haber entrado en contacto con seres extradimensionales que actúan como guías espirituales o sanadores.
La ayahuasca es un purgante, yla famosa purga se produce de diversas formas. Físicamente, los participantes suelen experimentar vómitos, diarrea, temblores, sudoración o llanto. Emocionalmente, la planta medicinal tiende a sacar a la luz traumas o recuerdos profundamente enterrados, lo que permite liberar y procesar tensiones emocionales.
A diferencia de la iboga, cada vez hay más informes sobre el uso recreativo de la ayahuasca. No se recomienda el uso recreativo ocasional de esta potente sustancia psicodélica.
Beneficios de la Ayahuasca
Muchos estudios recientes sugieren que el uso de la ayahuasca está relacionado con beneficios a largo plazo para la salud cerebral, el bienestar psicológico y el tratamiento de la ansiedad y otros trastornos relacionados.
Salud cerebral
Según un informe de Healthline, la investigación ha demostrado que los ingredientes activos de la ayahuasca, incluyendo la dimetiltriptamina (DMT) y las β-carbolinas, pueden beneficiar la salud cerebral. Por ejemplo, un estudio reciente publicado en Frontiers in Neuroscience indica que tanto la DMT como las β-carbolinas pueden presentar “cualidades neuroprotectoras y neurorrestauradoras”. El mismo estudio también indicaba que la DMT protege “las células del cerebro humano de los daños causados por la falta de oxígeno y aumenta la supervivencia celular”.
Otro estudio, publicado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica, señalaba que la harmina, el principal alcaloide β-carbolina de la ayahuasca, “puede tener efectos neuroprotectores y de mejora cognitiva”. Además, la harmina está asociada a la reducción de la inflamación y de la excitotoxicidad, un proceso en el que las neuronas resultan dañadas o muertas por un agente que se une a los receptores.
Como informa Science Daily, la excitotoxicidad está asociada a accidentes cerebrovasculares, lesiones cerebrales traumáticas y enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, la fibromialgia, la enfermedad de Huntington, la enfermedad de Parkinson y la esclerosis múltiple.
Otro estudio reciente demostróque la harmina tiene efectos antiinflamatorios, potenciadores de la memoria y neuroprotectores. Además, la harmina aumenta los niveles de una proteína derivada del cerebro que desempeña un papel vital en el crecimiento de las células nerviosas.
Bienestar psicológico
Las investigaciones demuestran que el consumo de ayahuasca podría aumentar la capacidad del cerebro para la atención plena, lo que mejora el bienestar psicológico general. Por ejemplo, un estudio de ocho semanas, publicado por Frontiers in Pharmacology, encontró que el uso de ayahuasca resultó en una mejora de la capacidad de atención plena, que “permite una postura más desapegada y menos crítica hacia pensamientos y emociones potencialmente angustiantes”. Además, los resultados de ese estudio sugirieron que “un pequeño número de sesiones de ayahuasca puede ser tan eficaz para mejorar la aceptación como intervenciones más largas y costosas”.
Otro estudio publicado por Psychopharmacology arrojó resultados similares, señalando que el uso de ayahuasca tiene “potencial terapéutico… debido a un aumento de las capacidades de mindfulness”.
Ansiedad, Depresión y Trastorno de Estrés Postraumático
Además de los beneficios mencionados anteriormente, la investigación sugiere que el uso de la ayahuasca puede beneficiar a las personas que sufren de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático. Por ejemplo, una investigación publicada en Psychopharmacology descubrió que “los índices de depresión y estrés disminuyeron significativamente después de la ceremonia de ayahuasca, y estos cambios persistieron durante cuatro semanas”. El estudio también descubrió que “los cambios en el afecto, la satisfacción con la vida y la atención plena estaban significativamente correlacionados con el nivel de disolución del ego experimentado durante la ceremonia de ayahuasca”.
Otro estudio reciente teorizó que el uso de ayahuasca podría ayudar a los individuos que sufren los efectos del trastorno de estrés postraumático.
Riesgos de la ayahuasca
Existen diversos riesgos para la salud asociados al consumo de ayahuasca. Por esa razón, se recomienda que sólo utilices la ayahuasca bajo la dirección y el cuidado de un curandero o guía experimentado, que seas consciente de cualquier problema físico o de salud que puedas tener y se lo comuniques a tu guía, y que primero recibas el visto bueno de un profesional médico cualificado.
Los efectos secundarios temporales no psicoactivos incluyen, pero no se limitan a, diarrea, mareos, sofocos, hipertermia, deterioro de la función motora, espasmos musculares, náuseas, sedación, sudoración, temblores, vértigo y vómitos.
El uso de ayahuasca también se asocia con ansiedad y angustia emocional y psicológica significativa, pero temporal.
La ayahuasca interactúa con los receptores de serotonina del cerebro. Cuando se combina con ciertos medicamentos, como los antidepresivos ISRS, la ayahuasca puede provocar el síndrome serotoninérgico, una afección potencialmente mortal en circunstancias extremas.
La combinación de ayahuasca con alimentos o medicamentos que contengan IMAO puede causar hipertensión, que también puede ser mortal.
Todo sobre la iboga y la ibogaína
Al igual que la ayahuasca, la iboga es un agente psicoactivo natural extraído de fuentes vegetales, principalmente de las raíces y la corteza del arbusto Tabernanthe iboga. El extracto de iboga se utiliza desde hace siglos en África Centro-Occidental. Tradicionalmente, se utilizaba para combatir el hambre y la fatiga; también se ha utilizado en la religión Bwiti como parte de ceremonias y rituales.
Las raíces del arbusto Tabernanthe iboga contienen varios alcaloides indólicos, el más importante de los cuales es la ibogaína. Como informa Current Drug Abuse Reviews, la ibogaína se cristalizó por primera vez a partir de la corteza de la raíz del arbusto en 1900. Posteriormente se estudiaron sus usos farmacológicos. La ibogaína se comercializó en Francia desde finales de los años 30 hasta 1970 para tratar enfermedades infecciosas, la fatiga y la depresión.
Más recientemente, la ibogaína se está utilizando en todo el mundo para el tratamiento de diversas enfermedades, sobre todo la adicción a los opiáceos.
A diferencia de la ayahuasca, la iboga no se utiliza con fines recreativos. La iboga es peligrosa cuando se consume fuera de su contexto y nunca debe tomarse sin supervisión profesional.
La experiencia de la ibogaína
La dosis media de ibogaína afecta al consumidor durante un periodo de entre 18 y 24 horas. Normalmente, la experiencia de la ibogaína se describe como un viaje extremadamente intenso que lleva al usuario a través de experiencias pasadas, acompañado de fuertes visiones. Los efectos físicos de la ibogaína son fuertes, y los usuarios a veces quedan incapacitados e incapaces de moverse o caminar durante horas seguidas, requiriendo supervisión y asistencia constantes.
Peter Frank, el antiguo presentador de Ibo-Radio, un programa en línea sobre la ibogaína, escribió sobre el uso de la ibogaína en su libro de 2017 Ibogaine Explained.
Describiendo la experiencia de la ibogaína como un “largo sueño”, Frank escribió que, después de despertar, “probablemente te sentirás energizado y eufórico”. Durante las siguientes semanas o meses, puedes esperar experimentar “una gran liberación de tus desencadenantes emocionales”.
Al cabo de unos meses, “te asentarás en un estado de referencia”, es decir, en una realidad nueva y mejorada. “Para la mayoría de la gente, esta línea de base es más ligera y libre” que la que experimentan los usuarios antes de tomar ibogaína.
La experiencia con la ibogaína puede dividirse en tres fases.
- Primera fase: la fase aguda. Esta fase comienza entre una y tres horas después de tomar una dosis de ibogaína y suele durar entre cuatro y ocho horas. Los usuarios describen esta fase como un “estado de sueño despierto”, caracterizado por experiencias visuales de los recuerdos, la sensación de flotar y una “experiencia visual panorámica” de los recuerdos.
- Segunda fase: Fase evaluativa. La segunda fase suele durar la mayor parte del resto del viaje con ibogaína. Esta fase se describe como un periodo de profunda introspección y reflexión sobre las experiencias de la primera fase.
- Tercera fase: Fase de Estimulación Residual. La tercera y última fase se experimenta cuando el usuario empieza a salir del viaje con ibogaína y puede durar de dos a tres días. La atención del usuario vuelve gradualmente a su entorno externo durante la tercera fase. Además, los aspectos psicoactivos y psicodélicos del viaje empiezan a desaparecer. Algunos consumidores afirman experimentar un aumento de la energía y la libido durante esta fase. Se dice que los elementos residuales de la tercera fase duran entre unos días y unas semanas después de tomar una dosis de ibogaína.
Beneficios de la ibogaína
Las investigaciones sugieren que el uso del iboga y la ibogaína es un potente tratamiento para aliviar la adicción a los opiáceosy otras sustancias y comportamientos, además de funcionar como una herramienta alternativa para el crecimiento personal y espiritual.
Addiction
Current Drug Abuse Reviewsinformó recientemente de que la terapia con ibogaína había sido objeto de numerosos estudios de investigación biológica y clínica en relación con su “supuesta eficacia para el tratamiento de la adicción a los opiáceos y otras sustancias”.
Por ejemplo, un estudio de ocho años de duración realizó un seguimiento de los resultados de pacientes tratados por diversas adicciones con ibogaína. Financiado por la Asociación Multidisciplinar de Estudios Psicodélicos (MAPS), el estudio concluyó que “alrededor del 90% de las personas… experimentaron una reducción drástica de sus síntomas de abstinencia en el momento en el que cabría esperar que estuvieran en su peor momento”.
Además, Science Direct publicó los resultados de un estudio científico de casos en el que se investigaban los fundamentos teóricos del uso de la ibogaína en el tratamiento de conductas adictivas. Esa investigación incluía resultados de varios estudios recientes sobre la ibogaína. Por ejemplo, investigadores neozelandeses llevaron a cabo un estudio de seguimiento de un año de varias personas que recibieron una única dosis de terapia con ibogaína en un entorno clínico. En ese estudio, publicado en The American Journal of Drug and Alcohol Abuse, se observó que 12 de los 14 participantes informaron de que habían dejado de consumir opiáceos por completo o habían reducido su consumo en gran medida.
Ese estudio concluyó que: “Un único tratamiento con ibogaína redujo los síntomas de abstinencia de opiáceos y logró el cese del consumo de opiáceos o una reducción sostenida del consumo en individuos dependientes”.
Crecimiento personal y espiritual
Además de su uso en el tratamiento de conductas adictivas, la ibogaína también ha demostrado ser útil para el cambio psicoespiritual y el crecimiento personal.
La ibogaína puede facilitar la consecución de la muerte del ego y de un estado de ser temporal libre de ego. La capacidad de entrar en este estado ayuda a los pacientes de terapia con ibogaína a dejar atrás el dolor asociado a experiencias pasadas. Con frecuencia, los pacientes afirman que esto puede ocurrir sin darse cuenta de que está ocurriendo en el momento en que experimentan la terapia con ibogaína.
Como se ha señalado anteriormente, Peter Frank analizó diversos aspectos de las experiencias psicológicas y espirituales asociadas al uso juicioso de la terapia con ibogaína.
En su libro, Ibogaine Explained, detalla la capacidad de la ibogaína para “romper temporalmente el ego y dar a alguien una visión del Ser (también conocido como Dios, el Tao, el Nirvana, el Espíritu, etc.)”.
Al igual que la ayahuasca, la terapia con ibogaína también es útil para el tratamiento de problemas emocionales. Según Frank, una sola sesión de ibogaína es “como una década de psicoterapia en una sola noche”.
Las sesiones de terapia tradicional sirven principalmente para ayudar a las personas a adquirir una visión mental de sus problemas emocionales. Sin embargo, esas supuestas percepciones rara vez conducen a un cambio significativo en los patrones de comportamiento. Por otro lado, las sustancias psicodélicas, como la ibogaína y la ayahuasca, ayudan a las personas a entrar en reinos más profundos de su psique para que puedan resolver traumas y dolores reprimidos.
Además, Frank observó que en este estado, “la gente a menudo descubre que ha resuelto un problema que le estaba causando mucho dolor, aunque este problema no fuera la razón por la que decidieron tomar ibogaína.”
Riesgos de la ibogaína
Aunque existen algunos riesgos para la salud asociados a la ayahuasca, la iboga y la ibogaína conllevan riesgos mucho mayores. Las personas con afecciones cardíacas o problemas de tensión arterial, enfermedades renales o hepáticas no deberían tomar nunca iboga o ibogaína, ya que su ingestión puede ser mortal. Se han documentado varias muertes por ibogaína. Sólo emprenda un protocolo de tratamiento con iboga o ibogaína bajo la dirección de su médico u otros profesionales sanitarios cualificados.
Las Directrices Clínicas para la Desintoxicación Asistida con Ibogaína de la Global Ibogaine Therapy Alliance ofrecen la lista más completa de riesgos para la salud asociados al uso de la ibogaína.
El uso de la ibogaína también se asocia a una ansiedad y angustia emocional y psicológica significativa, aunque temporal, causada normalmente por un “mal viaje”. Aunque no es frecuente, la psicosis a largo plazo es posible, sobre todo en individuos con antecedentes personales o familiares de psicosis.
Las directrices de la Global Ibogaine Therapy Alliance señalan que “es difícil hacer demasiado hincapié en la importancia del entorno del tratamiento y la relación que se forma entre el paciente y los cuidadores”.
Los efectos secundarios temporales no psicoactivos incluyen, entre otros, ansiedad, ataxia, mareos y sequedad de boca. Otros síntomas temporales son una mayor sensibilidad a los estímulos sensoriales, tensión arterial baja, náuseas, temblores y vómitos. Los efectos secundarios de moderados a graves son, entre otros, bradicardia, hipotensión, tensión arterial baja, parálisis, convulsiones, ritmo cardiaco lento y respiración lenta.
Otros de moderados a graves incluyen alteraciones del ritmo cardiaco o de la presión arterial, y cambios en el intervalo QT (tiempo transcurrido entre el inicio de la onda Q y el final de la onda T en el ciclo cardiaco), prolongación y cambios en la morfología de la onda T.
Las Guías Clínicas también advierten que los efectos secundarios de la ibogaína, en particular los asociados a la función cardíaca, “pueden presentar factores de riesgo significativos y potencialmente mortales incluso con los rangos de dosis terapéuticas” para pacientes que sufren de “ciertas afecciones cardíacas preexistentes, desequilibrio electrolítico o que se están desintoxicando del alcohol o las benzodiacepinas”, por lo que siempre debe completarse una desintoxicación completa del alcohol, los opioides y las drogas callejeras antes de tomar iboga o ibogaína.
Tanto la ayahuasca como la iboga son potentes sustancias psicodélicas. Ambas proporcionan una experiencia intensa, pero ofrecen algunas diferencias cualitativas. Una diferencia significativa es que la ayahuasca es relativamente mucho más segura que la iboga. La ayahuasca es más adecuada para el trabajo emocional y el procesamiento de traumas, mientras que la iboga se utiliza principalmente para el tratamiento de adicciones, así como para la claridad y el enraizamiento psicológico. Como ya se ha comentado, hay varios factores a tener en cuenta a la hora de sopesar los pros y los contras de la ayahuasca frente a la iboga. En la actualidad, tanto la ayahuasca como la iboga están clasificadas como drogas de la lista I de la Ley de Sustancias Controladas, por lo que su posesión y consumo son ilegales en la mayor parte de Estados Unidos y otros países. Al mismo tiempo, los recientes cambios en los marcos legales en lugares como Oregón, Colorado y Massachusetts, así como en países como Portugal, están señalando un cambio en la percepción y en la ley.
Consulte siempre con un profesional médico licenciado cualquier duda que pueda tener respecto a sus condiciones médicas. Cuando elijas un retiro o centro de tratamiento para experimentar la ayahuasca o la iboga, asegúrate de elegir una organización con buena reputación, credenciales y testimonios adecuados. El directorio de organizaciones de Psychedelic Experience puede ayudarte a elegir el mejor lugar para tus necesidades.